lunes, 13 de julio de 2009


Me gusta el buen tiempo; el tiempo bueno invertido en eso que resuena efímero.


El sonido de las gotas de agua salpicandose entre sí, las olas del mar agotándose en la orilla, un violín tímido pero provocador adueñándose de una melodía, las voces de mis hijos, el crujido otoñal de sus hojas....


Esos ruidos ambientan muchas veces mi pensamiento y le dan una lógica diferente.




Tambien los olores ocupan un lugar central en mi buen tiempo. El olfato se conecta libremente con los recuerdos y son una vía directa que ubica exactamente un lugar o una época que alguna vez me perteneció.


Las huellas olfativas son tan fuertes que comunican el pasado y el presente de una manera absolutamente real.


Asi, puedo estar en la casa de mi abuela, en un aeropuerto, en una playa, en alguna ciudad, reecontrarme con algun viejo amor y hasta conmigo misma en otra época de mi vida a traves de los olores.




Respirar, oler, percibir sonidos es abrirse a experiemtar un conocimineto nuevo sobre uno mismo. La novedad es la apertura de un canal distinto; que esta cerca, ahi nomás, funcionando en paralelo a todo eso "importante" que hacemos cotidianamente.




Esos mínimos momentos de pura percepción son para mí garantía de buen tiempo.




2 comentarios:

  1. Mi última entrada es de marzo del año pasado.

    Voy a ver si meto algo nuevo, porque era una época complicada.

    De todos modos, mirá cómo opinamos del mismo tema:
    http://hojadepotus.blogspot.com/2007/08/la-memoria-olfativa.html

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  2. Me encanta!!! Puedo recordar las cosas mas lejanas solo con mi nariz... y me puedo emocionar o enojar, o entristecer. Genial el post! Y los demás!! Pao de abril

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