jueves, 20 de agosto de 2009

Fluyendo


Hay días que se devoran las horas y otros en los que las horas me devoran a mi.
Sin embargo, sigo fluyendo, avanzo. Voy por más.
No importa la inmensidad de los proyectos o la austeridad que le imponga a la ilusión.
La pura pasión se escapa
Milagro olvidado
Cuando uno siente que la brújula está perdida, nada mejor que dejarse llevar por el propio viento.
Los lugares seguros son aquellos que se dejan pisar.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Plan B


Avanzaba por una ruta nunca recta, con señales que torcían, recortaban y bifurcaban el camino.
Con más o menos herramientas mantenía el rumbo hacia algún lugar.

Entonces apareció primero una sombra, después un temblor y enseguida un volcán enloquecido empezó a arder intensamente en mí.

No hubo cielo ni tierra, no hubo límites ni puertas. Puro impulso para despegar.
El “Plan B” se mostraba sin tregua ni permiso.
La carta final, la promesa, el comodín, la revancha. Todo ahí; la aventura hacia lo impensado se hacía esta vez posible.
Aposté con el alma y el cuerpo. Me reí a carcajadas del destino. Me despisté.

Reina del tiempo ganando la partida.

Pero el cielo se hizo techo y el mar tapiz.
Ahí donde había palabras, no encontré el sentido.

Me quedé quieta entonces.
Puro pensamiento.
El plan se vació de aventura, había que volver.
Cuando el tiempo no es el tiempo, de nada sirve más tiempo.

La vela arde muy tenue y los días pasan lento en esta tierra conocida
Me despeina la realidad.

jueves, 6 de agosto de 2009

Escuchando


Me gusta escuchar a los que hablan

Hay quienes saben decir.
Y hay quienes son hábiles para darle al discurso el valor de una fiesta.
Muchas veces el sentido es barrido por la persona, por el dueño del decir. Por eso admiro tanto a quien sabe contar un cuento, un chiste, una plegaria.
Me gusta interpretar, me gusta descifrar lo que hay más allá de lo dicho; me encantan los contextos, las entrelíneas, los paréntesis; lo que no aporta aparentemente nada a la narración.
Ahí está la clave.
Mi atención sabe posarse pacientemente a la espera de lo que no se escucha pero se hace presente. El puro sentido está ahí, en el encuadre, en la tonalidad, en la atmósfera.
La observación de los gestos, el acompañamiento del cuerpo, el lenguaje sabio de las manos son elementos que me invitan o no a seguir con atención la letra.
Cuanto más experiencia tengo escuchando, menor concentración pongo en las palabras.
Hay una comunicación paralela entre los sentidos desplegados por el interlocutor y los míos en el momento del discurso.
Libertad y desenfreno.
Para decir sin decir
Para escuchar sin escuchar.


Me gusta escuchar a los que hablan.

lunes, 3 de agosto de 2009

La Pecera




Yo fui pez alguna vez y me enredé en las algas y los corales de un tiempo remoto
Me sumergí en aguas muy claras y recorrí infinitos sentires.
Olores, ruidos, sabores....
Cambió el lenguaje, el cielo, el clima, el aire El silencio y la gravedad también fueron otros durante ese tiempo.
Disfruté y sufrí nuevas emociones.
Soledad. Abismo. Aventura. Coraje.
El hundimiento profundo abrió cada uno de mis poros y lo que parecía un misterio, empezó a habitarse de sentido.
Iluminé caras con sonrisas, abracé y compartí sueños.
Avancé y retrocedí. Elegí y proyecté.
Me di permiso y fui otra.
Siempre sabiendo que la superficie estaba cerca, un día decidí nuevamente pisar la tierra.

Todo ruido.
Viento fuerte. Luces brillantes.
Empapada de contradicciones y todavía con olor a mar
La vida urbana me reclama.