jueves, 4 de agosto de 2011






Desde lugares escondidos llegan las palabras a mi boca.


La urgencia por decir eso que late en mi pensamiento, se asoma-valiente mensajero-y no deja ya de existir.


Una fiesta para la soledad.


Hablar de mis noches oscuras


y de cuando lloro por amor


No me da miedo el eco ni lo que venga después.


Se instaló en mí una fuerza


que me abraza con seguridad y me trae


puro aire fresco


para abrir los poros de mi alma.

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