Desde lugares escondidos llegan las palabras a mi boca.
La urgencia por decir eso que late en mi pensamiento, se asoma-valiente mensajero-y no deja ya de existir.
Una fiesta para la soledad.
Hablar de mis noches oscuras
y de cuando lloro por amor
No me da miedo el eco ni lo que venga después.
Se instaló en mí una fuerza
que me abraza con seguridad y me trae
puro aire fresco
para abrir los poros de mi alma.
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